Relevancias que pasan por mi mente

Me empiezan a pesar los años. Ya no quiero que sea Marzo, xD

sábado, 15 de agosto de 2009

¿Por qué?

Habemos personas en el mundo, pues me cuento entre ellas, entre esas pocas, que sentimos dolor y sufrimos cuando vemos o escuchamos sobre casos de maltrato animal. No logro entender cómo es que existen seres 'humanos' que no se conmueven ante la mirada de suplica de los animales que han llevado (sin quererlo) una vida de sufrimiento, que no se inmutan ante su llanto, ante sus ruegos. Que disfrutan incluso con ello.

Son tantos los casos de maltrato y abandono que hay días en que pienso que todo lo que hago (hacemos) es inútil, que por cada animal que ayudamos son quizás cientos los que siguen sufriendo. Aquí (México) no tenemos una buena cultura de cuidado animal, si, 'queremos' a nuestras mascotas, pero somos indiferentes ante los "animales callejeros", porque no son nuestros, porque no son nuestro problema, incluso podemos oír el llanto de las mascotas de los vecinos y no importa, pues son SUS mascotas, tienen dueño.

¿Cómo es posible que piensen (que crean) que los animales no sienten? ¡Mis mascotas se acercan a mi cuando me ven llorar y me lamen y se echan a mi lado a hacerme compañía, saben que estoy triste y quieren ayudarme, ellos, esos animales sin inteligencia ni sentimientos que otros maltratan. ¿Por que?

Si tan solo la mitad de la gente entendiera, si tan solo n apoyaramos el maltrato, si no fuéramos tan indiferentes, tan estúpidos, tan egoístas, tan vanidosos, tan, pero tan pendejos. Este mundo valdría la pena si no nos creyéramos sus dueños. El planeta esta formado en su mayoría por carbono, ¿y que creen? TODOS, animales y humanos, estamos hechos con carbono, ¿no es esa muestra suficiente para darse cuenta de que somos iguales? Somos hermanos.

Ellos no podrán hablar. Pero saben amar mejor que nosotros.

miércoles, 22 de julio de 2009

Hoy como otros días

Leo. Últimamente he vuelto a ese vicio que me consume sin tregua. De nuevo hay una pila de libros esperando a mis ojos y una larga lista eserando viajar hacia mis manos inquietas.
He leído y pensado en mis escritos, en lo abandonados que los tengo.
Hoy, como otros días, tengo estas ganas (esta necesidad) de escribir, y sin embago, me limito. Tengo una barrera (un filtro) que deja salir solo algunas ideas y carezco de permiso para averiguar el criterio que usa.
Raro.
Opresión.
Ansias de devorar más letras y de escupir otras tantas.

viernes, 15 de mayo de 2009

Xenofobia

Llueve, hoy empezaron los chubascos en serio aquí en mi pueblo. Y yo, que no soy más que una fanática entre tantos, no puedo evitar pensar en la pinche suerte que tengo, en lo "bueno" que ha sido nacer como humano. Los animalitos, de quienes nadie se preocupa, a quienes los estúpidos humanos maltratan, sufren en estas épocas. Sufren, sufren. Por el calor, por la lluvia, por el frío. Y yo, gracias Dios, tengo un techo sobre mi cabeza, comida diaria, agua para el momento en que quiera beber. ¡Hoy odio a la gente! La detesto.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Miedo

Escribiendo (como siempre) descubrí algo. El miedo. Mi miedo. La soledad me abruma. Me siento sola. El silencio pesa. Se compacta.
Estoy irritable, mi sombra se ve extraña y eso me molesta. Estoy cambiando (¿metamorfosis? ¿en reversa?), convirtiéndome en 'otro algo', porque (creo estar segura) aún no llego a mutar en un 'alguien'.
El tiempo apesta. Lo siento, lo huelo. Taladrando de adentro hacia afuera. Como gritando que existe pero que no puedo tocarlo (ni golpearlo ni retenerlo). El tiempo, ese verdugo de sonrisa burlona y gesto eternamente estúpido que se ensaña sin razón ni motivo de repente. Obvio, sin que uno se lo espere o al menos lo suponga.
La intuición ya no funciona. Se atrofió, algo le cayó encima, se aplastó (¿la aplastaron?, ¿se sacrificó... y de ser así, por qué, con qué motivo?) o se dejó aplastar, quizá... Era una tonta de todas formas. La extrañaré y espero se recupere, pero hasta ahí. No enviaré tarjetas ni pagaré la cuenta del hospital.
Los recuerdos danzan tras mis ojos. Con mis anhelos olvidados, con mis sueños incumplidos, con mis fantasías tontas y perversas. Danzan y saltan y giran... Pasos frenéticos, complicados. Se mezclan y se enredan. La cabeza no me da vueltas porque está pegada a mi cuello, cosida con cabellos de mi infancia. Mi cerebro se expande y se contrae por culpa de mi. Por mi culpa y la suya, la mía.
Escucho el silencio y ansío música, sonido. Escucho las maravillas creadas por otros y anhelo el silencio. No me comprendo. No como antes. Algo cambió. Algo sigue cambiando.
Los fantasmas... los demonios... me están cazando. Lo sé, lo hacen, y no escapo, no me escondo. Me siento mártir y los dejo hacer, deshacer(me), volver pedazos mi ser y reconstruirlo. Crearlo a partir de un miedo primario.
Duele. En la cabeza por pensar. En el corazón por sentir. En la garganta por no decir. En los oídos por escuchar. Los escalofríos se quedan a tomar el te. Las libélulas en el estómago tienen espolones. Nadie ayuda (¿por qué habrían de hacerlo?), sólo empeoran las cosas (¿lo hacen?).
Quiero descansar y exorcisarme. Terminar este exorcismo que empecé sin querer, volver sobre mis pasos, borrar mis huellas.
Sentir sin que duela (tanto).